Cuatro mil días después de aquel año obcecado detecto que al fin te dignaste a cumplir con la cita inaudible, y me alegro, y me enfado a la vez. Después de estudiar con cuidado este caso ejerciendo a la vez de fiscal y abogado... de juez imparcial, sentencio lo nuestro diciendo que el fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás. Mirarte de frente. Admito en voz alta que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla sin más a la fosa común, donde yacen los sueños... que nos diferencian. Tal vez ¿has pensado en renunciar? Yo aún no.
Vamos a correr el gran sprint final y al cruzar la línea los dos ganarán. Voy a romper las ventanas para que lluevan cristales, ven a romper las ventanas, ven a gritar como antes, ven a romper las ventanas y hacer del caos un arte, voy a romper tus ventanas y voy a entrar como el aire.
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