Perdonarás que no te vaya a despedir. Y yo procuraré no suspirar tan a menudo y acostarme a una hora prudente. Yo sé que afuera, inevitablemente, me está esperando una nueva mañana –lo prometiste– radiante y soleada.
Y tú procurarás cumplir con lo que has prometido, ser fuerte y devorar la manzana. Has de pensar, cada nueva mañana, que un tipo a menudo piensa en ti y sonríe aunque quizá no sean sus días más felices.
eres una metafora con piernas...
ResponderEliminarlo sabes no?