Ahora, cuando el fútbol corre por las venas hasta del último de la fila, cuando la emoción del último segundo crea sentimientos extremadamente opuestos y no hay espacio para ningún otro, cuando un simple penalty fallado eclipsa hasta hipócritas e injustas medidas políticas... ahora que la gente está tan pendiente de eso, me apetece desaparecer, irme, viajar y tener la sensación de que nadie se dará cuenta.
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