lejos, muy lejos del suelo,
don't let me fall.

viernes, 9 de noviembre de 2012

tropezón

A veces, sin darnos cuenta, cambiamos la vida de muchísimas personas sin saberlo. Aun sin conocerlas, podemos hacer que todo cambie. Tropezar en un cruce puede provocar que el coche que está parado tenga que esperar 10 segundos más, los cuales impiden que más tarde conozca a la persona de la que, en otra opción de vida, podría haberse enamorado perdidamente. Después, esta persona se chocaría ( también por un cúmulo de circustancias de semáforos y tropezones) con otra persona, con prisa, y ocupadísima, que se quejaría por el bollo del coche. Se conocen. Hace muchísimo daño a su primer amor, y este, enloquece.
Intentaré tropezarme en ese cruce, para evitar una crónica locura futura. ¿O es mejor que no?

Pensad, entonces, en cuánto podemos cambiar la vida de los que sí conocemos.