lejos, muy lejos del suelo,
don't let me fall.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Marina.


-Quédate aquí, conmigo.- Se sentó frente a un espejo. Con un cepillo intentó en vano poner algo de orden en la maraña de pelo que le caía sobre los hombros. Le faltaba fuerza.

-Déjame- y le quité el cepillo. La peiné en silencio, nuestras miradas encontrándose en el espejo. Mientras lo hacía, Marina asió mi mano con fuerza y la apretó contra su mejilla. Sentí sus lágrimas en mi piel y me faltó valor para preguntarle por qué lloraba.

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