lejos, muy lejos del suelo,
don't let me fall.

sábado, 19 de mayo de 2012

Cerró los ojos.

No sabía muy bien donde estaba. Se sentó en una de las rocas más grandes, con bordes redondeados. Tenía delante una kilométrica y desierta playa de arena blanca, donde una podía campar a sus anchas, sin ser molestada por nadie. Detrás, montañas, tan altas que daban vértigo. Alguna parecía hacer equilibrios sujetándose de vez en cuando entre los árboles, por si acaso. Allí tampoco había nadie. Lo único que tenía vida alrededor eran aquellos insoportables mosquitos y un par de pájaros, que ya se alejaban. No consiguió distinguir la especie. Puesto que no había nadie decidió pasear, y gritar, sobretodo gritar. Pero no un grito cualquiera, prefería vocear su canción favorita y, a modo de aplausos, las olas hacían su característico sonido.
Le gustaba pensar que podría correr, y no iba a llegar a un destino.
Abrió los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario